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O Felo

La fiesta ritual del Carnaval gallego tiene personalidad propia. Calcetines de lana blancos, medias negras, renglones de pompones de distintos colores, colcha con flecos claros alrededor de la cintura, rabo de zorro en lo alto de la careta, collares varios y bastón como arma intimidatorio, conforman sus peculiaridades iconográficas; más primitivas y masculinizadas en la parte inferior con las del tronco común. El canónico aconseja pintar en la careta animales o aves rapaces de la Sierra de San Mamed y no fauna ni motivos ajenos.

El término “Felo” tiene difícil interpretación. Es sinónimo de máscara. Semánticamente la palabra germánica (Fillón) indica que puede azotar. Felón y Felonía se vinculan con la rebelión del vasallo contra el señor feudal. Maceda asienta bastión fortificado desde el siglo XII.

Antes de la II república salían los “Felos” aisladamente al comienzo del año desde las aldeas del valle de la Sierra. Luego instauraron el Domingo “Fareleiro” (manchaban con harina a los visitantes), el Domingo “Corredoiro” (teñían a la gente con una bola de óxido de los potes y tinta de una cantera) y el sábado, domingo y martes de Carnaval. Diecisiete días de transmutación de valores en la comarca de Maceda donde la gastronomía también cuenta con: Domingo de carnaval, cachucha, rabo, uñas, chorizos, grelos, garbanzos, patatas y tintos espesos del país, preferentemente en jarras e tazas de barro de Tioira o Niñodaguia. El martes, cabrito al horno con patatas. De postre orejas o fillogas con miel.

Pululaban los “Felos” a pie divirtiéndose de aldea en aldea. El son provocativo de las chocas disuadía a los lobos en las peligrosas noches de invierno. Luego invadían la villa y no se apartaban de la zona. Bebían huevos con vino para soportar el inmenso desgaste físico. No pedían dinero. Tampoco se destapaban la cara delante de la gente. Perseguían a los que se metían con ellos. Las mujeres los chacoteaban. Se metían con ellas con el bastón. Lucían traje los soleteros. Algunos pasaban más de una semana disfrazados día y noche por las aldeas. Dormían en los pajares. Solo demandaban comida y bebida en las casas para continuar la fiesta.

La máscara “de sonrisa alargada- representa la virilidad mas fidedigna. El “Felo” da miedo. Se puede insultar. Nunca jamás tocar ni intentar sacarle la careta. Transgredir las normas. Es la autoridad en estas fechas. Su espíritu anárquico y rebelde se está modificando. Antiguamente se conformaba en grupos. Los pequeños de la villa también. Se incorporaron en la década pasada. Algunos se sitúan estratégicamente en las entradas de Maceda. Intimidan a los que entran y salen en los coches para que les suelten dinero. Descúbranse. Introducen otros costumbres. Nuevos tiempos que –en algunos gestos- colisionan con la tradición.

SANTIAGO PROL